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2003-10-09

Vendell va al fútbol
Ocurrió hace años, tantos que apenas queda en el recuerdo una serie de imágenes sobre las que reconstruir los hechos. Dos entradas (regaladas) para el torneo veraniego descansaron durante días encima de la televisión, en blanco y negro, como todo en aquél tiempo. El padre de Vendell, famoso educador de hijos junto a su esposa, debió decidir que a aquel niño le hacía falta un baño de realidad. Así pues, armados con sendos bocadillos de jamón, ambos, padre e hijo, pasean hasta el campo uniéndose a la marabunta que confluye en las cercanías del estadio. No consta en sitio alguno, pero Vendell debió pensar, por un momento, que el fútbol era la bomba si era capaz de dominar la voluntad de tanta gente, mucha más que las misas o el colegio, que hasta el momento constituían su experiencia de la masa humana.

Una vez dentro, bueno, dentro de ese "dentro" tan particular, al aire libre, sentados sobre unas gradas de cemento señaladas con números romanos, bajo el cielo azul y rodeados de la ya mencionada masa humana, comienza el partido: carreritas supervisadas por un tipo fondón disfrazado de mortadelo que recibe los insultos del público con sentida indiferencia. Al cabo de un (buen) rato sucede un gol, creemos, porque todo el mundo se pone de pie gritando como si les acabasen de dar los resultados de un análisis de sangre, exultantes de salud y alegría a pesar del vino que corre, incesante, de bota en boca. Gol, gol, gol, venga a abrazarse y a encender farias; a mirar hacia arriba sonriendo, exigiendo sonrisas y gritos en los que ni Vendell ni su padre parecen saber muy bien cómo integrarse.

Así que se comen el bocadillo, y antes de llegar al descanso se miran, miran hacia la puerta, se levantan y salen al pasillo desierto. Bajan las escaleras, pasan frente al bar que presenta media entrada y salen a la calle ante la mirada indiferente de un portero al que el hastío de este circo se le nota hasta en el descuidado planchado del cuello de la camisa. Una vez fuera pasean por la playa de vuelta a casa s sin volver a mencionar el tema. Nunca.

Hasta hoy. Las cosas que trae la marea del recuerdo.

posted by vendell 07:21

12 Comments


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Comentarios

1
De: Martin Pawley Fecha: 2003-10-09 07:48

O sea, que entre usted y yo hemos ido por lo menos un par de veces al fúmbol...



2
De: Vendell Fecha: 2003-10-09 15:26

¿Un par entre los dos?
Más que suficiente, ¿no?



3
De: Martin Pawley Fecha: 2003-10-10 08:48

De hecho, por lo que a mí respecta hubiera bastado con una vez.



4
De: Tubbo Fecha: 2003-10-10 08:49

¿No le gusta beber vino de una bota?
¿No disfruta con el humo de un buen puro en la boca?
¿Tampoco encuentra agradable el engullir un sabroso bocadillo de tortilla de patatas?

Puedo entender que no le guste el futbol (a un servidor la verdad es que tampoco le quita el sueño) pero de ahí a denostar esos "otros" placeres mundanos de la bebida, la comida y la fumada.
Como no sea por lo populacheros y poco doctos de los tres (vino en lugar de wiskise, tortilla de patatas en lugar de salmón fumé o farias en lugar de Davidof) no entiendo su animadversión hacia los mencionados placeres del cuerpo.

Por cierto, que observo que su imagen de lo que acontece en un campo de futbol no está para nada sesgada por los prejuicios (esto es coña -lo aclaro por si alguien piensa que hoy también estoy espeso) y que calla usted por ejemplo el ritual que se establece en torno a compartir por ejemplo la comida en el descanso o a la alegría que se transmuta en canto, mientras se pasa la bota de mano en mano.
Pequeños placeres mundanos, señor Vendell, pero placeres al fin y al cabo y no embrutecimiento animal, como parece pretender usted dar a entender (por lo menos no más que el de quien asiste a un festival de rock o a una zarzuela).

Y que conste que solamente he ido en mi vida dos veces a un campo de futbol pero no ví nada de lo que usted narra (por lo menos no la intención que usted pareció percibir).



5
De: Martin Pawley Fecha: 2003-10-10 08:53

Vaya, Tubbo, o sea que entre los tres hemos ido por lo menos cuatro veces...



6
De: Tubbo Fecha: 2003-10-10 09:00

Todo un record Martin, todo un record, aunque yo reconozco que nunca me pierdo una final televisada del mundial, siempre y cuando la juegue Brasil.



7
De: Martin Pawley Fecha: 2003-10-10 09:07

Mmm... Sigue jugando Garrincha?



8
De: descalza Fecha: 2003-10-11 01:18

yo disfruto tanto del "fumbol" como de la fiesta NAZIonal...(



9
De: Jaio la espía Fecha: 2003-10-11 05:36

Pues yo del fútbol solamente sé lo más elemental: que juegan al mejor de cinco goles y que el árbitro se corre por la banda.

Aún así, les estropeo la estadística. He ido al fútbol más veces que ustedes tres juntos (Vendell, Pawley y Tubbo). Y no me gusta el fútbol, pero el espectáculo es un impagable escenario para realizar trabajo de campo cuando se quiere investigar sobre la condición humana. Ayuda mucho acudir con prismáticos... se amplía la cantidad de masa a observar



10
De: Jaio la espía Fecha: 2003-10-11 05:38

... eso sí... salgo del partido sin saber quién ha ganado y contra quién jugaban pero ¡con una cantidad de información...!



11
De: Vendell Fecha: 2003-10-11 06:46

Jaio, ¿a visto a Dios en sus visitas a San Mamés? Si él está en todas partes y Vd lleva prismáticos... es un encuentro inevitable.



12
De: Jaio la espía Fecha: 2003-10-11 07:32

Ya sabe, señor Vendell, que mi práctica religiosa exige casi siempre cuchillo y tenedor. Un bokata de tortilla de txistorra es lo más cercano pero se queda en santuario de aldea al lado de otras divinidades.



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