2004-02-24
... y paz en el mundo
Marilyn me cuenta que laFundació per la pau ha recopilado 25 argumentos a favor de la paz en el mundo, texto que toda candidata a miss debería leer con objeto de enriquecer su discurso. Sin embargo, la urgencia de esta lectura es todavía más acuciante para los candidatos a Miss Presidente del Gobierno y, sobre todo, para sus futuros votantes. Si les parece, podemos construir una especie de discurso político con fragmentos de ese texto y contraponerlo a los argumentarios y guiaburros con que estos días nos torturan los señores candidatos a Miss Presidente, sus pajes y damas de honor:
Dónde hay personas hay conflictos. El problema no son los conflictos, sino la forma de resolverlos. Los conflictos, si se resuelven positivamente, sirven para el progreso de la humanidad. No es preocupante que los conflictos sean inevitables, lo que realmente importa es hacer evitable la violencia.
La violencia es ineficaz: no resuelve los conflictos, sólo los tapa. No debemos confundir victoria con solución. Una solución impuesta por la fuerza, sólo se puede mantener con la fuerza y cuando la relación de fuerzas cambia, el conflicto resurge con un añadido de virulencia y resentimiento.
El uso de la violencia ocasiona siempre males y sufrimiento. Como mínimo, representa causar un daño cierto para evitar uno de hipotético, y la mayoría de las veces ocasiona males infinitamente superiores a aquellos que pretende evitar. Siempre es un método cruel, inhumano y degradante de la dignidad de la persona humana, tanto de quien la padece como de quien la practica. La guerra es una de la causas de sufrimiento más grandes para la humanidad y, a diferencia de muchas otras, tiene su origen en una decisión directa tomada por alguien en un despacho. Hacer que esto resulte cada día más difícil es responsabilidad de todos.
Si en algún momento la guerra podía considerarse un mal menor, hoy en día es, con toda seguridad, un mal mayor. La aparición de la aviación, el bombardeo de ciudades y las armas de destrucción masiva han llevado a que en las guerras actuales el 90% de las víctimas sean civiles. ¿A quién protege, entonces, la guerra? ¿A quién defienden los ejércitos? Aunque sólo fuera por pura prudencia, e instinto de conservación, no podemos utilizar la tecnología y los medios de destrucción del siglo XX con la misma mentalidad de la prehistoria.
La obsesión por la seguridad crea inseguridad. El afán obsesivo para eliminar riesgos, acaba llevándonos a un estado neurótico de angustia crónica y a actuaciones irracionales que crean riesgos nuevos. El armamentismo és un ejemplo claro: disponemos de la capacidad de destruir la tierra varias veces!
El concepto exclusivamente militarista de la seguridad es caro e ineficaz. El gasto militar mundial es del orden del bilión de dólares al año. Con un 2% de esta cantidad sería posible eliminar el hambre de toda la tierra. Este inmenso esfuerzo, en el mejor de los casos, será inútil. Es mucho peor si se llega a utilizar. Hace falta preguntarse si todo esto nos hace sentir más seguros. Prevenir los conflictos y trabajar para erradicar aquellas situaciones que las hacen inevitables (hambre, desequilibrios económicos, subdesarrollo, desigualdad de oportunidades, falta de cobertura social, etc.) es mucho más barato y crea más seguridad. Además, es útil, ya que mejora las condiciones de vida sobre la tierra.
Igual que rvr, a veces también tengo la sensación de estar viviendo en un mundo de dibujos animados.
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posted by vendell 01:00
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