2004-03-19
Jn 8, 32
Según Ambrose Bierce, (gracias eternas, Daurmith, la Verdad es un ingenioso compuesto que combina lo deseable con lo aparente. En la búsqueda de la Verdad están empeñados teólogos, científicos, jueces y periodistas, cada uno a su manera. Para algunos, sin embargo, más importante que la Verdad es la Razón. Esa que Bierce define como la tendencia de los prejuicios.
Dice Juan que la verdad nos hará libres (Jn 8, 32). Si no lo entienden, y no me extraña, Julián Marías lo explica alto y claro:
Hay personas que cuando abren la boca -salvo para ingerir alimentos- mienten sistemáticamente. Bastaría con mostrarlo, tomar nota de ello, recordar lo que se debería decir en su lugar. Esto acarrearía el inmediato desprestigio, la imposibilidad de perseverar en esa actitud. El resultado final sería la eliminación de la vigencia del estado que la mentira provoca. Hace muchos años, a finales de 1945, recién terminada la guerra mundial, enumeré las posibles relaciones del hombre con la verdad; la última y más perniciosa era "vivir contra la verdad". Esto parece imposible y a la larga lo es, pero durante cierto tiempo puede tener validez y vigencia. Lo característico de esa actitud es que se acepta la mentira opuesta, se puede conversar o discutir con ella, pero nunca con la verdad.
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posted by vendell 01:00
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