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2005-02-13

La caída de la casa Windsor

Después de leer que las autoridades han decretado la censura informativa sobre el hundimiento de las casas de El Carmel, asisto sorprendido a la profusa cobertura que los medios hacen del incendio del edificio Windsor.

La épica de los rascacielos ardiendo, supongo.

posted by vendell 01:00

11 Comments


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Comentarios

1
De: Riska Fecha: 2005-02-13 21:42

Más sobre la censura catalana La Generalitat y las noticias.



2
De: sergio Fecha: 2005-02-13 21:56

hoy me ha dao por mirar blogs y encuentrar similitudes
http://catodicosprotestantes.blogspot.com/



3
De: Vendell Fecha: 2005-02-13 22:33

Pues cada vez se parece más a lo del Prestige.



4
De: eledhwen Fecha: 2005-02-14 00:08

Otro como Mr. Pawley...
Aunque, en este caso, una de las lecturas alternativas del post era bastante inmediata.



5
De: Martin Pawley Fecha: 2005-02-14 00:12

Ayer me quedé un par de horas de madrugada, viendo el incendio en Salsa rosa. Fascinante, aunque lamentablemente no llegué a ver en ningún momento a Steve MacQueen:

Architects. Now, you know we don't have a sure way to fight a fire over the seventh floor, but you just keep building 'em higher and higher.



6
De: Akin Fecha: 2005-02-14 00:38

Vaya... no había visto ni el post ni el comentario de Pawley, ¡lo juro!



7
De: siloam Fecha: 2005-02-14 01:25

steve no, pero vecinos, de SEUR, bomberos..ummm, q pesados, es que estaba de guardia, menos mal que retiramos voz y mis compañeros no eran muy catostrofista...y hoy siguen. Si parecía la llama olímpica, se entusiasmaban a ratos.



8
De: fernand0 Fecha: 2005-02-14 10:45

Se anuncia la boda de Carlos y Camila. Se incendia el edificio Windsor. Un presagio?



9
De: Anónima Fecha: 2005-02-14 10:55

Pues yo me he llevado una impresión tremenda. Todo el fin de semana con las niñas, que el Anónimo ha tenido problemas en el trabajo: parque, música infantil, cuentos, juegos. Esta mañana al dejarlas en el cole, Velázquez atascado. Bueno, me iré por Francisco Silvela hacia la Castellana, que hoy parece despejado: de repente los restos del Windsor. Todavía sale humo. Las plantas están diáfanas. Se ve el cielo del otro lado. Y en la parte de arriba gran parte de las plantas se ha caido y se ve desplomada sobre las de abajo o colgando de hierros.

Pongo la radio y me entero de que no ha habido víctimas. También de que ha sido un incendio y no un atentado. Y de que mi oficina está fuera del perímetro de seguridad, así que sigo yendo a trabajar, aunque he llegado tarde. Me debería comprar la tele, aunque si no pusimos la radio, probablemente tampoco habríamos puesto la tele ¿no?



10
De: Arcadi Fecha: 2005-02-14 13:59

Un cierto embeleso ante el fuego desatado. Meditaciones, también. No somos nada, esas cenizas. Se quema el Windsor y la ciudad de Madrid, encabezada por su alcalde, contempla seducida el espectáculo. Hay hermosos artículos sobre el Windsor de Martín Casariego y José María Fernández Isla en El Mundo. El primero es hijo de uno de los dos arquitectos del edificio. La madrugada del domingo su padre murió por segunda vez en poco tiempo. Pero comprueba, emocionado y agradecido, que la estructura de hormigón de la memoria subsiste. Su evocación es sobria. A veces pasaba en moto por Azca y levantaba la cabeza. La dicción del arquitecto Fernández Isla. La carga de fuego. Propio de ciudades. Se queman. Se caen y se levantan. Algo habrá fallado en el Windsor. Siempre falla algo. La gracia inmensa del editorial de El Mundo: O fallaron las alarmas. O fallaron las personas: distinción propia del impacto científico-técnico. Madrid. Un estado de ánimo. Se quema un rascacielos (sin víctimas) y gritan: “¡Grandioso!” E invitan al mundo a contemplar el espectáculo en el palco. Conozco otra ciudad. Encerrada más que nunca en su propio juguete. Un enorme berbiquí que anticipa el metro perfora tres casas. Y se pone todo el mundo con el culo mirando a La Meca, blandos y suspirantes como albóndigas. Qué melaza. Qué ombligo de pelusas melancólicas. Es la diferencia entre una ciudad de acero y neones y notarios y escualos, pervertida cada día por la conciencia del error y la corrupción, una ciudad a sabiendas, y otra meramente virtual, angélica, donde las únicas reformas de las que se habla son puramente estatutarias, verbales. Esta ñona Barcelona a la que se le caen tres casas, y se pone a aullar ante la súbita percepción de lo real, que bautiza como zona cero a un montón de escombros que gestionaría una limpia (y castellana) ama de casa) y que lo primero que hace ante el suceso es levantar barbudos e irrisorios protocolos, como el que levanta hojas de parra para sus huevitos. Porque no se les han caído tres casas, desde luego, sino el enorme, y vano, y fatuo, muro de verbos que han levantado. Cuando los medios le exigen color, espectáculo, fuerza y manejo, la andropaúsica apenas esboza un tierno... el meu pijoaparte..., viejas fotos de botijos, peñascos, posguerra, puaj, el memo juguete. Que aprendan de Casariego y su moto, y esa cabeza apenas levantada en los atardeceres de Azca, y adelante, idiotas.



11
De: Anónima Fecha: 2005-02-17 22:23

Hoy lo comentábamos a la salida del cole,es impresionante como huele a quemado "la casa de Windsor" y eso que ya han pasado varios días y que estamos cerca, pero no tanto.



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