2002-11-22
Confirmación
No sé si ya les he hablado de la temporada que pasé preparando el sacramento de la confirmación. Como casi todo lo que entonces tenía que ver con la fe, la participación en ese jolgorio suponía una cierta bula a la hora de amoldar los horarios escolares a mis intereses particulares. Si uno se conducía con prudencia podía sortear tediosas clases de cualquier cosa (entonces casi cualquier cosa me parecía tediosa) bajo la mirada generalmente complacida de los profesores damnificados. Sin embargo, existía una raya invisible, una frontera intangible y no menos inverosímil que el aleteo del espíritu santo, que de cruzarse podía poner en peligro la integridad espiritual del futuro confirmado.
- ¿Y tú de dónde coño vienes?. Hace media hora que ha empezado la clase.
- Perdón, es que estaba en lo de la confirmación. Con el padre Z.
- Pues chaval, espero que Dios y al padre Z que te echen una mano para aprobar esta evaluación. Porque yo lo veo más bien crudo.
Los cursos de confirmación consistían en lo que ya por entonces me parecía una abominable mezcla de terapia de autoayuda y roñosa beatería. Se basaban en la creación de un problema aparentemente gravísimo, la fe, para el cual sólo parecía haber un única solución sospechosamente parecida a la religión. Desde estos presupuestos pedagógicos, el padre Z se comportaba como si él fuera un artificiero y nosotros sus bombas quimicohormonales a punto de explotar. Su sonrisa caída vacilaba entre la transmisión del habitual Dios te comprende y mereces su atención y un inquietante tú a mi no me jodes porque no puedes vivir sin el aprecio de Dios. Me estoy liando notablemente, así que dejo esto para otro aeropuerto. Pero no sin recordar lo mucho que me llamaba la atención la forma de andar de este hombre: echaba la rodilla hacia adelante arrastrando la planta del pie mientras se mantenía erguido con los brazos pegados al cuerpo y las manos haciendo cuenquito hacia atrás.
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posted by vendell 23:08
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Comentarios
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Diez minutos en la red y un paseo por la costa han bastado para devolverme a la cruda realidad de mi mundo, hoy cubierto por una espesa capa de mugre negra. Disculpen si en los próximos días este blog se pone un tanto monotemático. |