2006-04-13
La selva
Los noticieros dedican hoy un rato a hablar de la Semana Santa y sus procesiones: la emocionante subida del Cristo de los gitanos en Granada, la solemnidad de los pasos castellanos, los presos de Picassent tratando de tocar el manto de la virgen alargando el brazo entre los barrotes... Ahora que vivo en el campo me llama la atención que las procesiones casi siempre transcurren en entornos urbanos. Como religión, el cristianismo parece necesitar del respaldo firme de los edificios, empezando por las propias iglesias: los costaleros sacan a la virgen de una catedral, la pasean por las calles y después la devuelven a la seguridad que proporcionan los muros cerrados en medio del orden de la ciudad. Al otro lado se encuentra el bosque, la naturaleza caótica en la que todo parece ocurrir al margen de los designios divinos.
A mitad del camino de la vida
en una selva oscura me encontraba
porque mi ruta había extraviado
¡Cuán dura cosa es decir cual era
esta salvaje selva, áspera y fuerte
que me vuelve el temor al pensamiento!...
Hay verdades que no resisten el contraste de la naturaleza.
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posted by vendell 20:38
7 Comments
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Comentarios
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De: Nuala |
Fecha: 2006-04-14 02:16 |
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(hala, la que he liado. No he cerrado el enlace... Ains)
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De: Vendell |
Fecha: 2006-04-14 11:11 |
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Esos hilos son como un cable enterrado que de vez en cuando asoma a la superficie. Ahora estoy siguiendo uno que conecta con la cita de hace unos cuantos posts (en teoría no hay diferencia entre la teoría y la práctica...). Hoy me lo he encontrado en un artículo sobre estandarización de sistemas de proyección cinematográfica de 1918, y sé que volverá a aparecer.
Respecto al significado profundo de la Semana Santa, Marilyn dice (y creo que tiene razón) que en su dimensión de performance colectiva las procesiones son imbatibles.
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De: Nuala |
Fecha: 2006-04-14 17:08 |
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Marilyn es un crack. :D
Ver una procesión es un ejercicio que recomiendo a todo el mundo, especialmente a aquellos que no están familiarizados con ellas. Para mí no hay mucha diferencia entre una procesión y un espectáculo de la Fura del Baus. Básicamente intento entender qué me están contando, observo a los actores y sus evoluciones, e intento pasar desapercibida y que nadie me pille por banda para que participe activamente.
La más chocante que conozco es la de Murcia, la cuna de Salzillo, donde los nazarenos parecen pitufos y portan una enormes barrigas donde guardan caramelos, bocadillos y una especie de monas con un huevo duro, que arrojan a su paso al público asistente que parece más ocupado en disputarse un caramelo que en venerar a talla alguna. El jolgorio se parece más al de la Batalla de Flores coruñesa o al de cualquier carroza de Reyes, que a la sobriedad de Os Caladiños locales o la emoción plasmada en lágrimas y saetas que lanzan al paso de los tronos en Málaga, por no hablar de los piropos que les sueltan a las vírgenes (guapaaaaaaa).
Para mí es como ver el Año Nuevo Chino en Soho. No entiendes nada, pero no importa. Lo que te gusta es ver los colores y la música y el espectáculo en sí. Fascinante.
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De: Aliena |
Fecha: 2006-04-14 18:36 |
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Un ateo practicante, curioso, Vendell. Yo soy más de la opinión de Marylin. Por cierto, que después de leerle durante semanas, un gran blog el suyo. ;-)
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De: chuache |
Fecha: 2006-04-17 01:41 |
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Quizá sea más de su gusto la sobriedad castellana.
Respecto al porqué de naturaleza urbana de las procesiones, es tan simple como que son hechos sociales y por tanto necesitan gente, al igual que una feria, un mercado o un mitin (¿ha visto algún mitin en medio del bosque?).
De todas formas es lo que ocurre cuando se vé la Semana Santa que sacan televisión: que se vé sólo la Semana Santa que sacan en televisión.
En cualquier caso si tiende usted a adorar a los robles quizá debería buscar algún culto druídico. ;o)
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