2006-05-18
Todo y su contrario
A la vista del post de ayer, y ya que falta poco para la costera del bonito, les dejo esta reflexión de Michel Onfray sobre lo que podemos encontrar grabado en los márgenes de cualquier ventresca.
El Corán contiene ciento veinticuatro suras, y todos, menos el noveno, comienzan con la repetición del primer versículo del primer sura (1,1), la frase inaugural: "en el nombre de Alá el Compasivo, el Misericordioso." Y para que así conste. La tradición da noventa y nueve nombres a Dios; el centésimo será revelado sólo en la vida futura. Entre esos nombres, hay variaciones sobre el tema de la misericordia: el que Todo lo Perdona - Al-Gahaffar -, el Justo, el Equitativo, el Benévolo Sutil, el Bondadoso - Al-Latif -, el Paciente, el Clemente - Al Halim -, el Bienamado, el Bienhechor - Al Barr -, el Indulgente ? Al-Afuww -, el Detentor de la Generosidad - Zhu-I-Jalali.
(...) ¿Cómo se puede justificar, por lo tanto, que entre sus otros nombres también figuren los siguientes: el que envilece ? Al-Muhil -, el que causa la muerte - Al-Mumit -, el vengador - Al Muntaqim -, el que puede perjudicar a las personas que lo ofenden - Al-Dar-.
Igual que Dios, igual que Yaveh, Alá también lo es todo y su contrario.
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posted by vendell 00:14
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Comentarios
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O sea que una de las recompensas de ser un buen musulmán, además de los ríos de leche y miel y las bellas huríes, es que te digan el centésimo nombre de Alá. Pos vaya. Creo que puedo seguir viviendo con el suspense.
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Ahora va a resultar que a Mahoma tampoco le sentó muy bien la lectura desordenada de Lao Tsé... |
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Que esa es otra: Entiendo las ventajas de ser musulmán, pero ¿dónde están las ventajas de ser musulmana? ¿Por qué quieren ellas ir al "Cielo"? ¿Cómo es el cielo de las musulmanas? Porque si a mí me prometen una Eternidad rodeada de Neil Gaimans, Clive Owens y Jeff Goldblums, es tentador; pero ser una más del harén de señoritas de compañía de Bin Laden no lo es en absoluto. |