2007-01-19
Matar bien
A finales del siglo XIX el prestigioso verdugo británico James Berry refinó la técnica del ahorcamiento, elaborando unas tablas para determinar la longitud de la cuerda en función del peso y la condición física del condenado. Hasta entonces el encargado de la ejecución calculaba a ojo la caída necesaria para producir la fractura de las vértebras. En ocasiones la estimación se quedaba corta, lo que sometía al condenado a una larga agonía por asfixia, tan innecesariamente penosa para él como tediosa para el respetable que había ido a verle morir. Otras veces, no muchas, el verdugo se pasaba de cuerda, propiciando que lo que se había anunciado como ahorcamiento acabase convertido en una imprivisada decapitación, suponemos que para alivio de uno y regocijo de muchos. Berry publicó sus hallazgos en un librito titulado “My experiences as an executioner”, y tras retirarse, después de oficiar más de un centenar de ejecuciones, se dedicó a dar conferencias abogando por la abolición de la pena de muerte.
Si les interesa el tema y no encuentran esta obra en su librería, siempre pueden preguntar por el Informe Gerry, en el que un puñado de notables analizó razonadamente las bondades y defectos de las distintas formas de ejecutar a una víctima de la pena capital. Tras valorar concienzudamente la guillotina (compasiva con el condenado, pero estéticamente inaceptable), el garrote (fiable pero también desagradable), el fusilamiento (favorecido por la disponibilidad de verdugos pero incierto y sangriento), el ahorcamiento, la dicotomía, la crucifixión, la exposición a bestias salvajes o incluso la cocción del reo, los ponentes llegaron a la conclusión de que de todos los procedimientos imaginables la electrocución era el más eficaz, humanitario, económico y, por qué no decirlo, moderno.
Para que luego digan que la humanidad no progresa.
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posted by vendell 00:45
5 Comments
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Comentarios
1
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De: jose |
Fecha: 2007-01-19 02:29 |
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¿Dicen algo de la cámara de gas? Por lo visto hay gases que te matan produciéndote un dulce sueño y otros que te provocan horribles convulsiones y estertores y mueres porque en una de las convulsiones te partes el cuello.
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2
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De: Raño Láser |
Fecha: 2007-01-19 09:45 |
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Aprovecho el post para recomendarles otra lectura del mismo tema, pero centrada en España, país de larga tradición en esto de las torturas y las ejecuciones (...hasta hace muy poco, mucho menos de lo que la mayoría se imaginan).
La obra está muy documentada. Narra un montón de situaciones asombrosas como, por ejemplo, las horas previas a la ejecución del reo, su cena, sus comentarios, su estado de ánimo, el respeto al vergudo, y el desdén en el trato hacia los demás (curioso).
Además, lo cuenta objetivamente, sin dramatismo añadido ni restando importancia: Juan Eslava Galán, Verdugos y Torturadores.
En mi caso, lo encontré de casualidad en un mueble de la casa de mi suegra y lo lei... aunque siempre me queda la duda....¿que pintaba allí?
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3
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De: MH |
Fecha: 2007-01-19 10:15 |
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Lo siento, pero el clásico en la materia sigue siendo de un gallego ilustre e ilustrado: Daniel Sueiro, El arte de matar.
Y si quieren unas espeluznantes testimonios de los últimos verdugos españoles (a los que luego Martín Patino pasó a cine):Los verdugos españoles : historia y actualidad del garrote vil, 1971 (hay reediciones).
Y, por cierto, si aún no lo hacen, existe en Amnistía Internacional una Red de Apelantes contra la Pena de Muerte: sólo se trata de mandar una carta de vez en cuando.
http://www.madrid.es.amnesty.org/pmuerte/index.htm
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4
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De: Anónima |
Fecha: 2007-01-19 10:24 |
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La Hoguera (por J. Krahe)
(J. Krahe)
Es un asunto muy delicado
el de la pena capital
porque además del condenado
juega el gusto de cada cual
empalamiento, lapidamiento, inyección,
crucifixión, desuello, descuartizamiento,
todas son dignas de admiración.
Pero dejadme, ¡ay!
que yo prefiera,
¡La hoguera!, ¡La hoguera!, ¡la hoguera!
la hoguera tiene... que sé yo,
Que solo lo tiene la hoguera.
Sé que han probado su eficacia
los cartuchos del pelotón
la guinda del tiro de gracia
es exclusiva del paredón
la guillotina, por supuesto posee
el "chic" de lo francés
la cabeza que cae en un cesto
ojos y lengua de través.
Pero dejadme, ¡ay!
que yo prefiera,
¡La hoguera!, ¡la hoguera!, ¡la hoguera!
la hoguera tiene... que sé yo,
que solo lo tiene la hoguera.
No tengo elogios suficientes
para la cámara de gas
que para grandes contingentes
ha demostrado ser un as
ni negaré que el balanceo de la horca
un hallazgo es
ni lo que se estira el reo
cuando lo lastran por los pies.
Pero dejadme, ¡ay!
que yo prefiera,
¡La hoguera!, ¡la hoguera!, ¡la hoguera!
la hoguera tiene... que sé yo,
que solo lo tiene la hoguera.
Sacudir con corriente alterna
reconozco que no esta mal
la silla eléctrica es moderna,
americana, funcional
y sé que iba de maravilla nuestro
castizo garrote vil
para ajustarle la golilla
al pescuezo mas incivil.
Pero dejadme, ¡ay!
que yo prefiera,
¡La hoguera!, ¡la hoguera!, ¡la hoguera!
la hoguera tiene... que sé yo,
que solo lo tiene la hoguera.
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5
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De: Ro |
Fecha: 2007-01-19 15:47 |
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tiene ¿gracia? que en el artículo de wikipedia sobre decapitación que ha enlazado, al final aparece una de esas notitas de la wiki que dice
"El contenido de esta página es un esbozo sobre cultura."
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