2007-05-04
Empadrinar
Llegan las municipales, y con ellas, la fiebre empadronadora que convierte a emigrantes, innmigrantes, abuelos y reclusos en votantes ahijados capaces de ajustar un resultado incierto del que dependen tantas cosas, desde el bien de la comunidad hasta el sustento de la familia. La vida entera. Al mismo tiempo proliferan los candidatos imputados por delitos de diversa índole, por no hablar de las liebres que siempre han sabido correr más que la justicia, esa tortoga.
El resto, la silenciosa mayoría de los que son como nosotros, están demasiado ocupados manteniendo el equilibrio propio de quien mira desde el cartelón pegado en la valla: ¿autoridad o benevolencia, proximidad o distinción, hablar o callar, ser padrino o ser empadronado?
Es el frescor de la democracia.
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posted by vendell 00:15
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Comentarios
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¿Puede el voto de un argentino de remota ascendencia gallega provocar un tornado en la política de un país situado al otro lado del océano? El efecto mariposa también en el mediocre cenagal político del momento.
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Dele la vuelta.
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Cierto. Indudablemente, al nieto porteño del gallego emigrado de niño lo de Galicia se la trae al pairo. Lo que no estoy ya seguro es si el primero cobrará de algún modo el alivio momentáneo que le prometieron, ya sabe: prometer hasta meter, y después de haber metido, nada de lo prometido.
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