2003-01-23
Aseo medieval
El reciente debate sobre la historicidad de las comunidades históricas ha sacado a la luz cuestiones esenciales de nuestra cultura como la frecuencia del aseo popular en el año 1000 d. C. o el conflicto que late en la lectura diferencial de un pasado tan común como inevitable. Hace días leía por aquí que todo el mundo es nacionalista de algo, y por más vueltas que le doy no soy capaz de superar el abismo que se abre ante mi en cualquier frase que lleve dentro la palabra nación. Les confieso que tras muchos esfuerzos he logrado superar los conceptos de patria, madre patria y derramar la última gota de sangre por la madre patria, pero la nación todavía se me resiste. Así pues, cojo carrerilla, cierro los ojos y salto esperando caer en sus brazos.
La nación es una idea antigua - primitiva si quieren - que debió adquirir su máxima toxicidad en tiempos de la modernidad. La difusión de los conceptos modernos más poderosos se ha producido por medio de la colonización, el genocidio o la guerra total (ocasionalmente también gracias a la lectura y la charla), lo que debe hacernos valorar con especial cariño la actualidad de otros conceptos modernos como los derechos humanos o el sufragio universal.
Algunos de Vds. sólo pensarán en la nación cuando bajan de un avión en suelo extracomunitario y un amable policía (malencarado, en los EEUU) les pregunta por su nacionalidad: la que pone en el pasaporte, claro. Otros, supongo, le darán muchas vueltas al tema pensando si encajan mejor aquí, si esto se les queda pequeño, si se sienten muy diferentes de los vecinos o si mejor ser del Madrid que siempre gana la liga. El problema de reflexionar sobre la nación es que nos obliga a integrarnos en una realidad sincrónica difícilmente explicable a la luz de relatos históricos francamente inverosímiles. Si Bierce define la historia como un relato casi siempre falso, de sucesos casi siempre insignificantes, que protagonizaron gobernantes casi siempre bribones y militares casi siempre estúpidos, nuestra auténtica historia es una realidad cotidiana que ya no existe, la historia de los que no tienen historia que prácticamente acabamos de descubrir.
Los teóricos de la nación gustan de rastrear el pasado en busca de pruebas irrefutables de que sus fronteras geográficas, lingüísticas o genéticas son las correctas. Incluso hay quien se atreve a invocar las difusas y mutantes fronteras culturales, que al parecer sólo pueden apreciarse en retrospectiva y mediante el uso de unas gafas especiales que ayuden a discriminar lo esencial en virtud de... bueno, no estoy muy puesto en criterios de demarcación cultural, pero en fin, Vds me van entendiendo.
Dejaremos para otro día esas otras definiciones de nación fruto de la suelta de lastre moderno y la renuncia a objetividades, valores y verdades absolutas. Por mi parte, sólo puedo decirles que en esta línea y si se trata de escoger entre himnos y banderas, me vale cualquiera en el que no se aluda a espadas, sangres derramadas y aliados divinos.
Pudiera ser que lo del buen gobierno fuese otro debate distinto. ¶
posted by vendell 00:36
10 Comments
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Comentarios
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De: Martin Pawley |
Fecha: 2003-01-23 01:16 |
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"Por alusiones". Para superar abismos, echemos mano al diccionario de la Real Academia Española, que limpia, fija y da esplendor:
NACIÓN=Conjunto de personas de un mismo origen étnico y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.
Olvídese de las toxinas, de las hazañas bélicas y de otras historias. Si no tiene una idea muy clara de cual es su nación, tenga por seguro que alguien la tendrá por usted...
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De: yo |
Fecha: 2003-01-23 08:34 |
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¿Y qué es eso de étnico?
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De: el paseante retornado |
Fecha: 2003-01-23 09:00 |
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Tras una prolongada ausencia comentaril, aterrizo en este blog y no dejo de sorprenderme por lo enconado de algunos debates que se han producido aquí recientemente. En buena parte subyace cierta crispación en torno a entidades como "nación", "nacionalidad", "lengua". En realidad lo que me extraña no es lo enconado de las diferentes posturas, sino los argumentos utilizados para hacerlas valer, ya que se trata de asuntos con una profunda e ineludible connotación irracional. Con esto no quiero decir que me parezca mal ser nacionalista o dejar de serlo, sólo que son posturas difícilmente argumentables racionalmente (como ser del Madrid o del Aleti, Beatles/Stones, rubias/morenas,...).
Aprovecho la ocasión para sugerir a Martin Pawley que NO le haga caso a Vendell y NO huya de discos zappianos como "we are only in it for the money", que aparte de lo divertido de la propuesta que hace, una parodia del flower-power de San Francisco -sólo hace falta echarle un vistado a la magnífica portada- es un disco encantador y a la vez desternillante y una forma tan buena como cualquier otra de entrar en el universo multiforme de este pollo, que si algo tiene, además de una voz bastante desagradable, es que no se parece ni a sí mismo en cada disco.
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De: Martin Pawley |
Fecha: 2003-01-23 15:12 |
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Debo decirle a "yo" que un servidor no forma parte de la Real Academia, lo cual me diferencia de grandes pensadores como Luis Maria Anson o Juan Luis Cebrián. Étnico? No tengo el diccionario de la RAE a mano, pero me temo lo peor.
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De: Vendell |
Fecha: 2003-01-23 17:31 |
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Siempre es bueno acudir al diccionario de la RAE, aunque sus últimas bromas hayan dejado fuera de norma aquellos versos de Gil de Biedma
"aunque quizás alivie despertarse
a otro ritmo, mañana
liberado
de las exaltaciones de esta noche
de sus fantasmas en blue jeans.
Por otra parte, la cuestión de la etnicidad me plantea las mismas dudas que a yo.Si hablamos de historias genéticas la etnicidad viene a ser como la raza: un interesado camelo pseudocientífico. Lo del idioma sí lo entiendo, pero entonces deberíamos incluir entre las comunidades históricas a Perú, Colombia o Méjico, con las cuales tenemos contraída una deuda en oro y plata que pa qué les voy a contar.
Queda todavía lo de la tradición común, asunto harto peliagudo desde que aprendimos lo execrables que resultan algunas tradiciones cercanas como el caciqueo o el clericalismo mientras que otras más lejanas, como el jazz, o el surf, nos son ya imprescindibles.
En lo que sí coincido con Martin es en que siempre habrá alguien dispuesto a apuntarnos en una u otra nación, apelando por lo general a criterios irracionales, arbitrarios e interesados... excepto cuando van ligados a la eterna cuestión del "buen gobierno".
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De: Martin Pawley |
Fecha: 2003-01-23 23:48 |
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Comparto sus dudas sobre el concepto de "etnicidad"; justamente por eso ironizaba acerca de que "me temía lo peor" de su definición según la RAE. Vea, por ejemplo, la que dan nuestros (h)académicos de "razas humanas": "Grupos de seres humanos que por el color de su piel y otros caracteres se distinguen en raza blanca, amarilla, cobriza y negra". Toma castaña. ¿Suena un poco a "Enciclopedia Álvarez", no?
Creo, Vendell, que usted suele confundir las ideas de "nación" y "estado". Uno puede tener una idea muy clara de a que nación pertenece, y no necesariamente desear que tal nación se constituya en estado independiente. O a lo mejor sí, quien sabe. Yo, por ejemplo, soy nacionalista gallego, pero desde el 13 de noviembre tengo muy claro que no deseo en absoluto la independencia de Galicia. Lo que yo quiero de verdad es ser ciudadano portugués, país que dispone de unos institutos hidrográficos que se conocen muy bien las mareas y que distinguen las manchas de chapapote desde bien lejos...
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De: Vendell |
Fecha: 2003-01-24 00:41 |
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Martin, puede que tenga Vd razón, pero creo que más que confundir, simplemente carezco del concepto de nación, lo que no quiere decir que lo niegue. Lo del estado me tiene todavía menos interesado... lo que de verdad me preocupa es el buen gobierno.
A mi, la verdad, me da igual ser portugués, inglés, francés o español, pero desde el 13 de septiembre casi preferiría no ser español. Lo comentaba el otro día con un amigo: joer, qué poco español me siento.
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De: Martin Pawley |
Fecha: 2003-01-24 01:05 |
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El trece de septiembre? Pero si ese debió de ser un día estupendo! Nació Oier, sin ir más lejos (http://oier.blogalia.com)
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De: el paseante a-normal |
Fecha: 2003-01-24 11:02 |
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Vendell, con acierto cita a Gil de Biedma. También Cunqueiro enterito ha quedado fuera de norma. Tanto uno como otro, sin embargo, están más vivos que academias y diccionarios. Y a fin de cuentas, ¿qué más da mientras los podamos leer en "versión original"? De todas formas, mejor tocar madera, no vaya a ser que nos acaben normalizando a todos.
Insistiendo en la idea de nación, como decía más arriba es un concepto político que a la vez pertenece al campo semántico de los sentimientos, y por lo tanto de lo irracional; para que podamos hablar de nación es necesario que exista una identificación sentimental con un territorio o unas personas determinadas y la voluntad de crear sobre ello un destino común, pero a la vista está que todo esto es de lo más vago e impreciso.
El problema es que si nos deshacemos de estos conceptos, el "buen gobierno" del que habla Vendell estará gestionando vaya usted a saber qué soberanías, que ya hoy por hoy son más multinacionales que nacionales.
Sirva todo esto para expresar mi confusión más absoluta en torno a tan espinoso tema.
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