2007-06-04
Dead on display
La exhibición pública de muertos es costumbre arraigada en muchas culturas, y cómo no, también en la cristiana. El viajero intrépido todavía puede acudir a lugares como la Iglesia de Todos los Santos y el osario de Sedlec, con su impresionante lámpara de araña hecha de huesos y cráneos. O mejor aún, las Catacumbas de los Capuchinos en Palermo, donde centenares de momias dispuestas en actitudes cotidianas nos recuerdan lo poco que cambian algunos cuando abandonan este mundo. Otro de los destinos clásicos del turismo necrofílico es la Capela dos Osos, en Evora, no demasiado lejos de Lisboa, donde estos días se puede visitar bajo el título de Bodies, the exhibition, una versión moderna, laica y didáctica de estos sobrecogedores espectáculos.
Esta muestra reúne una veintena de cuerpos plastinados, una técnica que mediante la sustitución por resinas de la grasa y otros fluidos corporales permite conservar con extraordinario realismo la apariencia de los tejidos. La exposición es una copia de otra desarrollada hace años por el siniestro Dr. von Hagens, quien no sólo inventó esta técnica sino que se atrevió a exponer los cadáveres en actitudes cotidianas o sutilmente provocadoras, como aquel despellejado que sostenía entre las manos su propia piel igual que alguien que admira lo bien que deja las camisas el detergente de la vecina. Más discretos, los muertos de la exposición lisboeta se limitan a jugar al voleibol, practicar el lanzamiento de disco o dirigir la sinfónica de Viena, y aunque despojados de un rostro que nos permita intuir expresión alguna, no es difícil atisbar en ellos una mueca de resignada alegría, como si hubieran llegado a asumir que dentro de lo jodido que es estar muerto, ellos se pueden considerar unos privilegiados.
Es cierto que esta forma de exponer ayuda a deshumanizar las piezas (los muertos de verdad no hacen estas cosas) facilitando la digestión de un espectáculo de enorme interés pedagógico. Y aunque los fiambres sólo son materia, hay quien cree reconocer en este enfoque un cierto tufo sensacionalista, como el que demostró von Hagens incorporando un ejemplar en erección a la presentación de su exposición en el barrio rojo de Hamburgo. Así las cosas, cabe imaginar la sensación que causaría la exhibición de unos cadáveres copulando, aunque puestos a transgredir, nada como un diorama en el que un tipo arrodillado reciba un tiro en la nuca mientras sostiene entre las falanges un cartelito advirtiendo de que la escena se basa en hechos reales.
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posted by vendell 00:15
6 Comments
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Comentarios
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De: ElPez |
Fecha: 2007-06-04 02:12 |
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Impresionante exposición, Vendell. Tuve la suerte de verla hace unos días y ciertamente coincido en que se trata de algo notable, incluso "de enorme interés pedagógico". Me preguntaba al salir, sin embargo, qué efecto habría tenido una menor deshumanización, no tirando por lo más transgresor o morboso, sino, pensando en qué efecto tendría sobre el visitante encontrar, junto a cada resto o cuerpo plastinado, una cartela con el nombre del difunto.
A mí me habría encantado...
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De: Blanca |
Fecha: 2007-06-04 14:50 |
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'los muertos de verdad no hacen estas cosas' dice. Jeje, como si los muertos de la exposición no fueran de verdad. ;)
No logro evitar sentir cierto desasosiego al pensar en esta exposición; me escandaliza. Me pregunto si ello no tendrá que ver con lo poco familiarizada que estoy en ver cadáveres. En 40 años apenas habré visto una docena, unos pocos minutos en un tanatorio. Y creo que como yo, mucha gente.
Si tuviéramos la muerte más integrada en la vida cotidiana ni siquiera haría falta deshumanizar a los muertos de esa exhibición.
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De: Vendell |
Fecha: 2007-06-04 23:39 |
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Pez, el nombre igual no dice demasiado, pero si lo acompaña de la cartera del difunto, con las fotos de los niños y tal, ya tendría el efecto deseado. Inadmisible, a mi entender.
Blanca, mejor así, ¿no cree?
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De: siloam |
Fecha: 2007-06-05 11:38 |
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lo que nos cuesta a los humanos soportar el saber que ese esqueleto ya lo llevamos puesto, pero tampoco sería bueno recordarlo a todas horas.
En aún siguen poniendo la foto en algunos cementerios, un detalle a veces (los retratos de Monparnasse me gustaron, discretitos, en un día nublado)
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De: luciana varela |
Fecha: 2007-08-03 02:09 |
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muy buenas imagenes pero la informacion es muy brebe
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