2007-08-10
Furnas
El Paraíso es una delgada linea de arena que limita al oeste con un océano de aguas gélidas atravesado por un entramado de corrientes con exceso de retranca. Ese lado de la frontera está vigilado por pequeños delfines que patrullan la orilla, extraordinaria, por cierto: una corteza de arena quebradiza que a mediodía todavía conserva el rastro de las andanzas nocturnas de las gaviotas. En el extremo opuesto del Paraíso las manos del hombre han levantado una pasarela de tablones de pino a modo de zona de exclusión tras la que se agazapan distinguidos vegtetales que dan sombra a una colorida multitud de mariposas y lagartos. Un pequeño hostal de los de antes es la única embajada del resto del mundo en el Paraíso, cuyos visitantes habituales son, aparte de los vecinos y esos jóvenes atléticos consagrados a las olas, algún turista que ha venido a ver lo que cree haber visto antes en la tele.
Y muchas almas desnudas, como las nuestras, que viven aquí todo el año, aunque los cuerpos sólo aguanten un rato.
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posted by vendell 01:22
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