2007-10-05
Heaven, I´m in heaven
De haber escuchado con atención, un observador imparcial habría sospechado de la relación entre el Sputnik y el Correcaminos, lanzado al estrellato por la Warner Bros en 1949. BipBip. En cambio, aquellos días la gente se dedicaba a hacer asociaciones insólitas con la música que también sonaba por la radio. En la URSS el gran Shostakovich ultimaba los ensayos de su Sinfonía nº 11, que tanto podía interpretarse como un homenaje a la revolución soviética como a la revolución húngara. En el otro extremo (ideológico) del mundo, triunfaba el Jailhouse Rock, alegría, fiesta, lets rock, everybody, lets rock, que acaba de palmar el Senador McCarthy. Y en el mismo extremo (ideológico) del mundo, Fraga, entonces cristianofascista emergente, empezaba a dar discursos como Delegado Nacional de Asociaciones del Movimiento aunque lo que se la ponía dura a los Alféreces Provisionales era el Relicario de Sara Montiel, pisa morena. Y Lolita Garrido, que cantaba aquello de Estoy en el cielo, como el Sputnik. Alguno pensará qué moderna la Garrido, y la verdad es que sí, pero no tanto como para celebrar los éxitos de los soviets. Quizá a quien homenajeaba la Garrido no era a la bola de hojalata roja, sino a Ginger Rogers, la pelirroja que en Sombrero de Copa tuvo que defender hasta la bronca el portentoso traje de plumas de avestruz que quería utilizar en el número de Cheek to Cheek. A poco que se fijen, verán las plumas salir volando en todas direcciones. Heaven, I’m in heaven and my heart beats so that I can hardly speak, BipBip.
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posted by vendell 00:19
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Comentarios
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Cómo bailan. Las avestruces no vuelan pero ella sí. Y aunque le vuelen algunas plumas, le quedan de sobras para seguir pareciendo un ángel.
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No sé si lo sabía, pero Mark Sandrich era un hombre de formación científica, algo que viendo la matemática precisión de este número musical no debe sorprendernos. Ya ve usted que las conexiones entre la ciencia y el cine son tan abundantes como inesperadas ;-)
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