2002-03-23
Diez metros lisos
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Aquí está. Una auténtica Python reticulatus, la coliebra más larga. Si la dejan pasa de los diez metros, lo que quiere decir que a velocidad de crucero cualquiera de Vds. tardaría unos cinco segundos en recorrerla de cabo a rabo. Ya serán menos. A la bicha le gustan las presas de sangre caliente: jabalís, pájaros, grandes roedores, cervatillos... todos en sus variantes selváticas del sudeste asiático, que se zampan de un bocado tras asfixiarlas con su mortal abrazo. Ya sé que no tienen brazos, pero esa es la expresión que sale en las novelas de Salgari. De todas formas, si les dan pereza la selva o los libros, estas serpientes tienen cierta querencia por las zonas suburbanas, lo que no significa que constituyan un peligro para el hombre. Para el niño sí, aunque estadísticamente no resulte significativo. Cualquier sitio que busquen por ahí con información sobre los peligros de la pitón les conducirá a la triste historia de un mocete malayo que fue encontrado en el vientre de una de ellas, soleándose en un arrozal.
Las serpientes me gustan como concepto, pero me dan bastante repelús. Marilyn, que es muy valiente para estas cosas (sólo teme a los murciélagos) anduvo con una de ellas a la espalda como si fuera una Jesucrista daliniana camino del gólgota. No se preocupe -, decía un paisano. Sólo estrujan si están hambrientas.
Otro día les cuento de la temible historia de la Fer de lance de Isla Queimada Grande. Esa sí que mete miedo.
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posted by vendell 00:02
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Comentarios
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Estas serpientes grandes creo que son un poco bobaliconas. En cambio las chiquitillas...¡Fíjese, sin ir más lejos, en la del Paraíso Terrenal...! |
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¡Qué coliebra más bonitaaaaaaa! A mí me gustan las serpientes. Son preciosas, elegantes, de buen conformar, y muy discretas, ni ladran ni nada. Evidentemente no me pondría ni a dos metros de una Fer de lance, que una cosa no quita la otra. |
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carteluo......¡
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