2003-04-26
Cuando un pollo estornuda...
Ya lo han contado flexarorión en Ciencia15 y El Pez (desempedrao) aquí mismo: hay un virus nuevo en el barrio causando el llamado Síndrome Agudo Respiratorio Severo (SARS). Aunque la OMS reconoce posibles casos de infección en unos 30 países, la enfermedad es más grave en China, donde la escasez de infraestructuras sanitarias y la escasa voluntad del gobierno por reconocer la magnitud de la epidemia hace difícil recabar datos fiables. Según el último recuento ya hay 4649 posibles infectados y 274 víctimas mortales, aunque para actualizar estas cifras conviene revisar la magnífica página de la OMS.
Inicialmente se pensó que el causante del SARS era un paramyxovirus, más que nada por la pinta que tenía visto al microscopio electrónico. Pero para hacer bien estas cosas hay que seguir el protocolo diseñado por Robert Koch, descubridor del bacilo responsable de la tuberculosis. Primero. el agente sospechoso debe estar presente en todos los enfermos; luego se aisla el presunto patógeno, se cultiva en el laboratorio y se inocula en animales sanos para ver si causa la enfermedad. ¿El resultado? Un coronavirus como nunca antes se había visto en humanos, aunque bichos similares ya se habían detectado en aves y mamíferos. Pero eso no es todo: recurriendo a las herramientas y conocimientos desarrollados para el Proyecto Genoma Humano se ha logrado en pocos días decodificar el genoma del nuevo virus, lo que debería facilitarnos el desarrollo pruebas de diagnóstico fiables, tratamientos y, con un poco de suerte, hasta una vacuna. Merece la pena recordar que no hace demasiado tiempo fueron necesarios años de investigaciones para identificar el VIH como el virus causante del SIDA. Pero claro, eran otros tiempos.
Los virus son minúsculos paquetes de material genético en una cápsula de proteínas. Se trata de los objetos más simples de los que alguien puede decir que están vivos, aunque en ¿Qué es la vida?Lynn Margulis insiste en que deberíamos considerarlos más bien como zombis químicos, ya que son incapaces de reproducirse por si mismos y carecen de metabolismo. Uno de los problemas de luchar contra los virus es que, siendo tan simples, pueden presentar una pasmosa facilidad para sufrir mutaciones que anulen la eficacia de vacunas y tratamientos. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el fastidioso virus de la gripe, que cada pocos años nos presenta una flamante versión contra la que nada pueden las vacunas de que disponemos.
Puestos a clasificar la peligrosidad de los virus debemos contemplar, por una parte, la rapidez y eficacia con que liquidan al huésped, y por otra, la facilidad con que puede pasar de una persona a otra. Por ejemplo, el virus del Ebola resulta sumamente contagioso y además acaba rápidamente con el 50% de los infectados, lo que a la larga dificulta su dispersión: los infectados nunca llegan demasiado lejos. En el virus del SIDA encontramos una estrategia distinta, pues aunque causaba la muerte de prácticamente todos los infectados (ahora ya hay tratamientos) la enfermedad tardaba años en desarrollarse permitiendo que los portadores tuviesen muchas oportunidades de transmitir el virus. Con todo, el virus del SIDA sólo se transmite en contactos muy íntimos (sexo a pelo, drogas por vía intravenosa y transfusión), lo que explica que a estas alturas, aún tratándose de una grave pandemia, los infectados sean minoría. Una tercera alternativa es la que nos plantea la gripe: un virus que se contagia fácilmente a través de un simple estornudo pero que a cambio no resulta letal más que para una pequeña parte de sus víctimas. Para que se hagan una idea, durante la terrible epidemia de gripe que asoló el planeta en 1918 causando unos 20 millones de muertos, sólo fallecieron el 5% de los infectados. Más o menos el mismo porcentaje que ha dejado tras de sí nuestro amigo el coronavirus, aunque por suerte no parece que éste sea tan contagioso como el responsable de la gripe.
Hay quien dice que debemos acostumbrarnos a la periódica aparición de epidemias más o menos graves causadas por nuevos virus, más que nada porque hoy los avances en la tecnología y las redes de información nos permiten detectar e identificar lo que antes podía pasar desapercibido. En ocasiones serán virus que ya convivían con nosotros a los que una fortuita mutación convertirá en peligrosos enemigos. Otra veces se tratará de virus procedentes de animales a los que, de nuevo las mutaciones, permitirán adaptarse a los huéspedes humanos. De hecho, existen pistas que indican que las poblaciones de los primeros pastores babilonios sufrieron una auténtica hecatombe a causa de las enfermedades transmitidas por los animales que comenzaban a domesticar. Tiene su gracia que la culpa de todo sea de las mutaciones: el mismo fenómeno natural e indiscriminado que, alimentando la maquinaria de la Evolución, nos ha convertido en lo que hoy somos.
¿Será la hipocondria una adaptación evolutiva?
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posted by vendell 08:51
6 Comments
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Comentarios
1
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De: ElPez |
Fecha: 2003-04-26 17:49 |
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Gracias por la concisión y la claridad Vendell... el otro día andaba espeso y no supe escribir lo que tú tan bien has escrito.
Por otro lado, ¿cuánto tardarán en aparecer los primeros textos "alternativos" sobre el asunto? Quiero decir: los que hablen de un virus creado que se les ha escapado a los chinos, los que afirmen que el virus no existe y todo es un montaje de la farmaindustria y el cotolengo habitual, los que propongan psicoterapias para su cura... lo de siempre.
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De: rvr |
Fecha: 2003-04-27 00:03 |
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ElPez: Siento desilusionarte. Ya han aparecido (desgraciadamente no encuentro la URL de un sitio donde decía que esto era un experimento social para prepararnos para una Gran Epidemia.
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De: Vendell |
Fecha: 2003-04-27 00:46 |
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Sorprende ver lo mucho que algunos llegan a minusvalorar el potencial de la naturaleza.
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De: Dragon Lady |
Fecha: 2003-04-27 04:31 |
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La madre que nos parió
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De: glenys |
Fecha: 2003-04-28 01:23 |
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Hay un magnífico libro sobre la epidemia de gripe de 1918. Se llama FLU por Gina Kolata.
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De: el paseante |
Fecha: 2003-04-28 01:37 |
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Cuando un pollo estornuda... tenemos DOS POLLOS. ;-)
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