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2003-05-11

Desparpajo
Como las normas están para saltárselas (sobre todo las que nos imponemos nosotros mismos), hoy abandonamos el interesante proyecto de la esencia trivializada por culpa de un acontecimiento que revienta las costuras de tan apretado programa. La culpa de este momentáneo cambio de bordo la tiene un largo paseo por el Día de la Ciencia en la Calle, una feria de ciencia protagonizada por niños que cada año por estas fechas se celebra en el entorno de uno de los tres museos científicos que hay en mi pueblo. Los mismos con los que el otro día tuvimos la oportunidad de ver el tránsito de Mercurio y que en la madrugada del jueves organizarán una observación festiva del eclipse de Luna. Afortunados que somos algunos.

Lo de esta fiesta tiene tela, porque bien pensado, la calle es el lugar que le corresponde a la ciencia. Por más que algunos se empeñen en subirla a las inalcanzables alacenas de laboratorios y universidades, la ciencia es una forma de enfrentarse al mundo que está al alcance de cualquiera. Desgraciadamente, la ciencia escolar trata a sus clientes como si fueran a ser científicos, cuando lo que debería hacer es considerarlos futuros ciudadanos. Del mismo modo que estudiar literatura sirve para aprender a leer y a apreciar los libros, estudiar ciencia debería ayudarnos a fomentar el espíritu crítico, la curiosidad, la racionalidad, el inconformismo y el placer que caracterizan esta forma de ver el mundo.

Daba una especie de gusto extraño ver a estos rapaces explicar en sus propias palabras los fenómenos y experimentos en los que habían trabajado durante el curso, pasando muchas veces por encima de los detalles técnicos y yendo al grano de la cuestión: ¿por qué nos interesamos por las propiedades de lo que nos rodea?, ¿qué nos lleva a querer desentrañar lo que se esconde bajo la apariencia de las cosas?, ¿cómo no va a ser divertido destripar un corazón, combinar la fantasía potteriana con las pruebas de ADN o torturar el chapapote para que nos desvele, de una vez, por qué hizo lo que nadie esperaba?


posted by vendell 07:55

3 Comments


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Comentarios

1
De: rvr Fecha: 2003-05-11 08:04

Una iniciativa relacionada que me pareción interesante fue la que los amigos catalanes vinieron realizando el año pasado, sacando a los científicos de las universidades y laboratorios a la calle para explicar al público general sus trabajos (en algunos casos el público general eran niños).



2
De: Algernon Fecha: 2003-05-11 19:08

Son iniciativas interesantísimas y muy recomendables. Pensar que a nadie le va a interesar lo que uno investiga, es una mentira que nos decimos a nosotros mismos, los investigadores, por extraños motivos que tienen que ver con la falsa modestia, el pesimismo y los broccoli.

El otro día tuve la ocasión de hablar de mi experimento musical a personas con las que trabajo, y se interesaron mucho. Yo no lo esperaba. Cuando la divulgación logra generar interés auténtico, entusiasmo... cuando la ciencia misma entusiasma... entonces reconocemos su verdadero valor. Es el camino a seguir, sin duda: entusiasmar.



3
De: Algernon Fecha: 2003-05-12 05:55

Vendell: ¡Larga vida a la BBC!

Flexarorion: ojalá todos hicieran divulgación como tú la haces!



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